La gran travesía parece que ha culminado en el lugar perfecto para el derecho venezolano de los Angelinos, Kelvim Escobar. ¿Por qué travesía? Vamos al mes de julio del 2008; ó mejor, a la temporada del 2007...
En el 2007, el potente lanzador derecho tuvo foja de 18-7 con efectividad de 3.40 en 30 aperturas, estableciéndose como uno de los mejores abridores en la Liga Americana. Lanzó 195. 2 innings, completó tres juegos y ayudó a su equipo a pasar a la postemporada, tomando el montículo en la serie divisional contra Boston. De ahí en adelante el camino ha sido difícil una vez más para el caballeroso Kelvim.
Al llegar el mes de febrero del 2008, Escobar comenzó a sentir molestias en su hombro. "Sabía que algo no andaba bien, le informé al equipo y me dieron tiempo para examinarme y descansar. Lo más frustrante es que yo siempre he trabajado fuerte en mi condición física y había tenido buenas temporadas, hasta el punto donde me extendieron el contrato durante la campaña anterior, algo que logramos en unas cuantas horas. Traté de rehabilitar lo más que pude, pero el dolor me regresaba, hasta que por fin lo mejor fue operarme durante el mes de julio pasado y otra vez echarle a la rehabilitación."
Escobar tomó el montículo por primera vez desde octubre del 2007 cuando hizo su apertura el pasado 6 de junio en Detroit.
Compartió que se sentía "como un novato, emocionado, ansioso y preparado para un nuevo comienzo," especialmente con el hecho de que se pudiera convertir en agente libre luego de la temporada. Durante esa salida le tomó poco para mostrar su talento. En los primeros seis lanzamientos que hizo, no bajó la velocidad de 93 millas por hora, llegando a 96 varias veces y exhibiendo su amplio y distinguido repertorio.
Aunque perdió el juego, lanzó cinco entradas en las que permitió cuatro hits, dos carreras limpias. Regaló cuatro bases por bolas y abanicó a cinco Tigres. Hizo un total de 92 lanzamientos y lució muy fluido en sus movimientos y mecánica.
Ahora, como la experiencia le ha enseñado, lo más importante es cómo reaccione su hombro a las demandas de una campaña de Grandes Ligas, sabiendo la importancia que él tiene en las esperanzas de su equipo, y de seguir fortaleciéndose con cada salida.
Próximo reto: El viernes en casa vs. los Padres.
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